1º - Cala de Roche - Conil de La Frontera
Las calas de Roche, en Conil de la Frontera, son uno de esos
lugares que merece la pena conocer y rezar porque entre todos podamos hacer que siempre conserve su encanto. El
ladrillo ha ganado algo de terreno y poco a poco la tranquilidad y calma que
encontrabas en ese lugar irá desapareciendo hasta convertirse en un
lugar más. Pero aún quedan unos años para que eso ocurra, por lo que hay
que aprovecharlo.
Muy importante. En las calas no hay ni tiendas, ni
bares, ni nada parecido. Por lo que hay que ir preparados con bebida
comida, y si es posible, con una nevera de playa y mucho hielo. Si se
dispone de una sombrilla, mejor.